El ni se percata y al parecer ni le importa que Thomas y yo lo miramos con mucha lastima....
Estabamos en Bordeaux en un mercado de segunda en el que se podia encontrar desde la aguja que utilizo Cristobal Colon hasta unos zapatos nuevos de buena marca... Entre la multitud y con un pequeno carton indicando el precio del unico articulo a la venta, estaba el hombre... Su cara reflejaba cansancio y tristeza y sus ojos siempre se iluminaban cada vez que alguien se acercaba aunque finalmente nadie comrpo su acordeon.
Yo le dije a Thomas, -tal vez es l unico que tiene, lo ultimo que le queda en la vida y necesita venderlo para poder seguir viviendo-... Thomas me dijo -Mmmmmm- y creo que es mejor que no haya dicho nada porque aunque ninguno de los dos haya ido a preguntarle al hombre su verdadera historia, ambos tenemos claro que esa historia que nos imaginamos puede ser su realidad o la de cualquier otra persona en cualquier lugar del mundo; por tanto, en nuestro tren de regreso nos preguntamos durante muchas horas qué vamos a hacer al respecto...
Ya me puse en contacto con la fundacion Hilo de Oro, espero que me contesten pronto :-)
2 comments:
Me has hecho pensar en las veces en que miramos a alguien y nos imaginamos, por la cara que pone, cualquier cantidad de cosas sobre su vida… y a lo mejor no es ninguna de ellas …
mas triste es querer ayudar y que no te lo permitan, yo estoy haciendo una trabajo sobre delincuencia y ni la U ni ninguna fundacion me ha querido colaborar. no se si eso solo pasa en Colombia pero hay que cambiar...
Post a Comment